El sentido de la vida

Anónimo - 15 NOVIEMBRE, 2020

Era un día de verano, tenía 7 años de edad, salía de un club deportivo de béisbol con mi hermano donde mi padre con toda su buena intención nos inscribió, nos dirigíamos andando a casa de mi padre, un bonito chalet en la montaña, debido al agotamiento que teníamos empecé hacer autostop. Paró una moto, era un señor con barba y sus grandes gafas, él se ofreció a llevar solo a uno de nosotros. Yo accedí, estaba feliz porque ya no tenía que andar, estaba disfrutando de un viaje en moto. Llegó un momento que el señor con esa mirada penetrante paró en medio de un bosque diciéndome que había un atajo, seguimos andando hasta que en un momento dado me dijo que era médico que había visto un bicho y tenía que curarme.

“Fue entonces cuando abusó de mí, engañándome”.

Yo sentí que había algo extraño, estuvo un rato degradándome, pero recordé como mi padre me enseñó con un libro divulgativo cómo se fecundaba un niño. Es entonces que me percate del engaño, fue entonces cuando pude salir corriendo de esa situación. El señor me empezó a insultar diciendo que me encontraría. No hubo ningún forcejeo, pero si un engaño y un abuso.

Esta situación me causo muchísima vergüenza, pensaba que yo había hecho algo malo. Yo creía en Dios, le pedí que me ayudara mientras salía corriendo de toda esa confusión, vergüenza y culpabilidad que me produjo. Huía desesperado por mi desconcierto, por mis miedos.

“Me sentí tan avergonzado que esta experiencia la borré completamente de mis pensamientos.

Seguí mi vida como si no hubiese pasado nada, completamente olvidando esa situación. A los 12 años empecé a sentir una atracción hacia los compañeros de mí mismo sexo, lo viví otra vez con mucha culpabilidad debido a que pertenecía a una organización religiosa llamada los testigos de Jehová, donde condenaban la homosexualidad considerándola una enfermedad, mi desarrollo sexual fue desarrollada desde el pecado, la culpa y la vergüenza.

Pero mis instintos sexuales hacia el mismo sexo eran tan fuertes que empecé con las masturbaciones viendo revistas porno. La ansiedad que me producían todas esas imágenes que durante años fui gravando en mi desarrollo mental estaba lleno de lo prohibido, lo inmoral sobre todo la culpa creando una excitación desde la ansiedad. Poco después en una de mis masturbaciones empecé a recordar algunas imágenes sueltas de mi abuso de los 7 años. Cada masturbación que realizaba me recordaba de algo más, hasta que recode la secuencia completa.

“Lo peor es que esa situación me producía muchísima excitación:

lo oculto, el pecado, la culpa, el engaño y humillación”.

Yo no me desarrollé pensando en una sexualidad sana, si no lo contrario, encontraba mi subidón de adrenalina deformando esa sexualidad tan degradante para un adolescente. Con el tiempo, cuando cumplí 17 años, mis masturbaciones eran dos o tres veces al día, siempre con el mismo fondo de fantasía y humillación. Construyendo unas actitudes sexuales bastante compulsivas y obsesivas.

Debido a mi falta de aceptación, mis miedos y mis inseguridades, un día conocí el mundo de las drogas, donde acabé  deformando aún más mis conductas, llegando a practicar actuaciones sadomasoquistas, poniendo en riesgo mi vida. Cada vez necesitaba sensaciones más fuertes, situaciones más arriesgadas, pudiendo pasarme horas, días enteros sumergidos en mi burbuja de la adicción, rompiendo mis valores, aislándome del mundo dentro de otra realidad en busca del pelotazo que me proporcionaban todas esas conductas. Buscaba por internet durante horas incluso noches enteras todo tipo de fantasías degradantes, también saunas, zonas de Cruhising incluso en calles peligrosas provocando unas fantasías irreales que si las hubiera encontrado seguramente no estaría aquí explicando mi historia.

Ahora soy consciente de cómo mi poder superior no permitió que me pasara nada malo. Porque yo se lo pedí, que, si algún día perdía la cabeza debido a mi adición renegando de él, que no me hiciera caso, que me protegiera igualmente. Y así lo hizo, le estoy inmensamente agradecido por su amor y su protección.

“Al cabo del tiempo el dolor y el vacío eran inmensos, la parte carnal la tenía cubierta, aun así estaba insatisfecho y  la afectiva estaba completamente vacía produciéndome una constate sensación de que la vida no tenía sentido”.

No podía saborear la vida, todo era insípido, el vacío el dolor eran inmensos. Intentaba tapar el dolor con más conductas degradantes obsesivas compulsivas, pero lo único que conseguía es que ese gran agujero del alma que me había construido durante años fuese mucho más aterrador. Mi vida cada vez era más ingobernable, la adición me absorbía mucho tiempo, me perdía por completo poder disfrutar de la vida. Me aislaba, manipulaba y mentía sobre mi vida, viviendo una doble vida sin sentido. Subsistía bajo un sentimiento de culpa, de vacío sobre todo, mucha vergüenza. Me sentía un completo degenerando, cada vez me iba destruyendo más, perdiendo mi dignidad, mi esencia, mi alma.

“¡Estaba muriendo espiritualmente!”

Hasta que perdí por completo mi humanidad. Ya no sentía bondad, solo dolor, causándome dolor a mí y a los demás con mis mentiras, siendo incapaz de ser fiel a mis parejas. De hecho, llegó un momento que ya no podía tener relaciones sexuales con mis parejas, solo me excitaba con la sensación humillante que me provocaban todas esas situaciones obsesivas que durante horas o días  distorsionaban mi realidad, deformando mi sexualidad con más soledad, con más inseguridad, con dolor. Iba perdiéndome como ser humano .

“Un día, desesperado, retomé unos grupos de 12 pasos de los que había dejado“.

Empecé con narcóticos anónimos. Me fue muy bien volver a practicar las sugerencias del programa, la diferencia es que en esta vez puse acción junto con los principios espirituales de honestidad, receptividad y, buena voluntad. Con la ayuda de los grupos, pero sobre todo con la ayuda del Poder Superior, pude dejar de consumir drogas.

Pero las conductas sexuales me fueron mucho más difíciles de parar, porque para consumir drogas yo tenía que ir en busca del camello, pero para consumir mis fantasías encontrando mi dosis de dopamina mental lo único que tenía que hacer era recurrir a mis fantasías mentales.

¡TENIA EL CAMELLO DENTRO DE MI CABEZA!

Uno de los detonantes de mi recaída era mi obsesión con los pensamientos y la puerta de entrada a la pornografía a través de internet, saunas, locales y zonas de cruising, etc. Mi cabeza estaba completamente metida en mis fantasías y me resultaba imposible salir de mí mismo. Podía mantenerme limpio de mis conductas sexuales durante algunos días o semanas con la ayuda del programa de N.A., pero siempre recaía en el tema sexual. Era como si hubiera puesto un pequeño freno con los grupos, pero era irreal, ya que siempre terminaba en las mismas orgías, invirtiendo horas y sumido en una profunda soledad con el mismo vacío de siempre. Hasta que un día, mis fantasías evolucionaron y ya no solo buscaba la humillación, sino que también buscaba personas drogadas, poniendo en mucho peligro mi tiempo de limpieza. No me servía de nada estar sin consumir si mi vida seguía siendo ingobernable, con la posibilidad de volver a ese oscuro mundo de las drogas. Me di cuenta de que mi adicción al sexo había subido un escalón más, muy peligroso para mi vida si no paraba. La locura, la muerte o incluso la cárcel estaban esperándome a la vuelta de la esquina.

Fue entonces cuando mi madrina me dejó bien claro que, además de N.A., necesitaba ayuda para empezar en el programa de Sexo Adictos Anónimos. Si no lo hacía, me dejaría. No le hice caso y me dejó. Me resistía, quería pensar que solo con los grupos de N.A. podría, pero la realidad era el miedo que tenía de no saber qué encontrarme en estos grupos de S.A.A.  Sobre todo, de abandonar todo ese mundo que me construí durante toda mi vida, que usaba para huir y tapar todos esos miedos, todas esas carencias, todo ese dolor. En realidad tenía miedo de no volver a experimentar el pelotazo que me proporcionaban esas conductas. Estaba completamente asustado y perdido. Hasta que me di cuenta, en una de las sesiones que realizaba, de que si seguía con ese comportamiento, no solo mi vida era una inmundicia, sino que también veía que iba a recaer, volviendo a estar muerto espiritualmente con mucha más mediocridad, sufrimiento y dolor.

Recuerdo que salí de una sauna asustado, había tenido el consumo de drogas muy cerca. El poder Superior me dio fuerzas para salir corriendo de esa situación y poder llamar a mi madrina.

“Pidiendo ayuda ese día empecé la recuperación en S.A.A.”

Recuerdo entrar en la sala, éramos unas 3 personas. Yo estaba completamente perdido, asustado, sabía que empezaba algo nuevo en mi vida y no sabía qué resultados tendría. Me costó mucho mantenerme limpio, tuve muchas recaídas. Construí un círculo difícil de detener, empezaba con la recaída, seguido del sentimiento de culpabilidad, luego la falta de honestidad, a continuación entraba en el círculo medio, al poco tiempo otra recaía, y así durante 4 años. Cada recaída me sirvió para ver dónde fallaba.  Todas las recaídas tenían algo en común, la falta de honestidad. Sin este principio básico de recuperación me era imposible mantenerme limpio. Tuve que aprender junto con mi Poder Superior a ser honesto y dejar engañarme a mí mismo, reconocer que ya hay sitios por donde no puedo ir, ser honesto en que hay imágenes que no puedo ver, ser honesto y reconocer que si estoy algo mal tengo que pedir ayuda. Yo solo no puedo, tuve que practicar mucho la buena voluntad, esforzándome en ir a mis 90 terapias y 90 reuniones. Sobre todo esos días que más me costaba ir a los grupos, era cuando más tenía que poner en práctica la buena voluntad , pero no me servía mucho ir al grupo sino practicaba la receptividad, escuchar a los compañeros del programa. Aunque había días que pensaba que eso no era para mí, tenía que recordar que a mucho adictos les ha funcionado este programa, y es cuando tenía que poner en más practica la receptividad .

“Gracias a la literatura descubrí todas las herramientas que podía acudir para mantenerme limpio, pero no era suficiente estar limpio si no que tenía que estar en recuperación”.

Tantos años destruyéndome como persona, acomplejado, lleno de victimismo y mucha baja autoestima, tenía que aprender a volver a vivir.

Una cosa es estar limpio y otra en recuperación. Para recuperarme están los pasos junto con él programa, y para mantenerme limpio, tengo los grupos y las herramientas el padrino. Pero no se trata de estar limpio, si no de ser feliz descubriendo a través de los pasos y un Poder Superior una nueva forma de vida. Pero para poder conseguirlo,

“TENIA QUE DESCUBRIR EL SENTIDO DE LA VIDA”.

¿De qué me sirve estar limpio, aceptarme, perdonarme y quererme, si no me siento en plenitud?

Al estar limpio en recuperación, viviendo completamente en mi circulo externo, una de las primeras cosas que sentí fue PAZ, paz conmigo mismo. Fue una sensación muy especial y agradable, sobre todo me sentí LIBRE. Ya no estaba atado a todo ese mundo irreal, pudiendo vivir en una verdad real. Pero faltaba algo más para acabar de formar mi recuperación, para sentirme completamente pleno. Yo lo denomino un poder interno que todos tenemos dentro. un poder que si tú buscas en tu interior, lo encantararás. Y cuando lo encuentras y lo realimentas es algo maravilloso. Es cuando realmente te das cuenta del sentido de la vida, es una energía muy poderosa, transformadora de tu existencia, es la energía más poderosa que para mí existe en el universo y lo más maravillo es que lo llevamos cada uno de nosotros en lo más profundo de nuestros corazones.

ES EL PODER DEL AMOR.

Es lo que me da sentido a la vida.

Transformado el AMOR en belleza, bondad, ternura, compasión, alegría. El amor de un hijo, el amor de una madre, la calidez de un confortable abrazo, la belleza de un maravilloso paisaje o una hermosa melodía, el amor de cuando bailas como si nadie te mirase, viviendo tu vida con intensidad DESDE EL AQUÍ Y EL AHORA, como si fuera el último momento e irrepetible. O cuando ayudas a alguien necesitado dándole consuelo y amor, el sentimiento de empatía y bondad en los grupos de S.A.A. Todo esto con la ternura de mi Poder Superior es lo que realmente me hace sentir muy pleno e inmensamente vivo, lleno de AMOR.

En mi caso, cuando ayudo a algún ahijado, el amor que siento es extraordinario, o cuando me comunico con mi Poder Superior le doy las gracias por este don maravillo que me ha regalado de estar completamente vivo y limpio, pudiendo disfrutar de mi nueva realidad

“sintiéndome libre estando en recuperación”.

Actualmente llevo 8 años limpio, en recuperación, donde conocí a mi actual marido, un francés con una mirada hermosa llena de alegría, completamente diferente de lo que yo conocía. Está lleno de bondad, me trata con mucho cariño, con mucho amor, como si me sintiera único en esta vida. Es divertido, alegre, amoroso y le encanta intentar hacerme cosquillas, pero nunca lo consigue. J él es el amor de mi vida, me siento completamente maravillado de poder compartir mi vida con alguien tan especial. Sus caricias sus abrazos, su hermosa y tierna mirada son únicos, lo mejor de todo es que puedo corresponderle con el mismo amor. Siento mucho amor porque el programa me enseñó a valorarme, sobre todo a quererme, consiguiendo disfrutar más de la vida con la persona a la que quiero, compartiendo mi vida.

 NO POR NECESIDAD SI NO POR GUSTO, DESDE EL AMOR.

Mi marido es uno de los muchos regalos que he recibido por estar limpio en recuperación. He aprendido por primera vez con paciencia a hacer el amor con la persona adecuada, teniendo la bendición de mi Poder Superior, que diariamente nos cuida. Lo único que tengo que hacer es mi parte, mi programa diario, mantenerme en el círculo externo, estar en contacto con mi recuperación en el camino diario de la luz. El tener pareja NO es la solución a mi adicción. La recuperación solo la he encontrado en el programa de S.A.A. Mi pareja es una bendición por seguir en mi programa de recuperación diaria, acercándome a lo que me construye, lo que me da amor.

PORQUE LO QUE REALMETE ME DA SENTIDO A LA VIDA ES EL PODER DEL AMOR

Doy gracias al PODER SUPERIOR, al programa, a los grupos, a mis compañeros, a mi padrino y madrina, al amor de mi madre, de mi marido y mi familia, porque sin vosotros esto sería imposible, gracias de corazón.

 SOLO POR HOY