Las 12 tradiciones

Adictos al Sexo Anónimos

“Así como los Pasos nos enseñan los principios espirituales necesarios para una recuperación individual saludable, las Tradiciones encarnan los principios espirituales necesarios para el funcionamiento saludable de nuestros grupos”.

Las 12 tradiciones de ASA son los principios que guían el funcionamiento de la comunidad de adictos sexuales anónimos. Estas tradiciones se basan en la experiencia de otros grupos de recuperación, como Alcohólicos Anónimos, y tienen como objetivo preservar la unidad, la autonomía y el anonimato de los miembros de ASA.

Las 12 tradiciones de Adictos al Sexo Anónimos

  1. Nuestro bienestar común debe tener prioridad; la recuperación personal depende de la unidad de ASA.

  2. Para el propósito de nuestro grupo, sólo existe una autoridad fundamental: un Dios bondadoso tal como pueda manifestarse en nuestra conciencia de grupo. Nuestros líderes no son más que servidores de confianza. No gobiernan.

  3. El único requisito para ser miembro de ASA es querer liberarse del comportamiento sexual adictivo.

  4. Cada grupo debe ser autónomo, excepto en asuntos que afecten a otros grupos o a ASA considerada en su conjunto.

  5. Cada grupo tiene un solo propósito primordial: llevar el mensaje de recuperación al adicto sexual que aún está sufriendo.

  6. Un grupo de ASA nunca debe respaldar, financiar o prestar el nombre de ASA a ninguna entidad allegada o empresa ajena, para evitar que los problemas de dinero, propiedad y prestigio nos desvíen de nuestro objetivo primordial.

  7. Todo grupo de ASA debe autofinanciarse a sí mismo, negándose a recibir contribuciones de fuentes externas.

  8. ASA nunca tendrá carácter profesional, pero nuestros centros de servicio pueden emplear trabajadores especiales.

  9. ASA, como tal, nunca debe ser organizada, pero podemos crear juntas o comités de servicio que sean directamente responsables ante aquellos a quienes sirven.

  10. ASA no tiene ninguna opinión acerca de asuntos ajenos a sus actividades; por consiguiente, su nombre nunca debe mezclarse en polémicas públicas.

  11. Nuestra política de relaciones públicas se basa más bien en la atracción que en la promoción; necesitamos mantener siempre nuestro anonimato personal ante la prensa, la radio, la televisión y el cine.

  12. El anonimato es la base espiritual de todas nuestras tradiciones, recordándonos siempre anteponer los principios a las personalidades.